martes, 3 de julio de 2012

El peligro de los templos de culto

Después de mucho tiempo vuelvo a ladrar. En mi último Post mencioné la aparición de Mr. X, el cual sigue en mi vida. Finalmente después de tanto tiempo preocupandome por mis propias necesidades biológicas y experimentos con muestras diferentes, he pasado a la experimentación con una sola muestra. Pero eso es otro tema que se pondrá bajo lupa en otra ocasión.

Cuando estamos solteras nos quejamos por "no encontrar a esa persona" o de no tener a nadie los domingos por la tarde con quien ver películas o simplemente pasar el día en la cama. Cuando por fin encontramos a esa persona: ¡De repente no hay quejas! Todo es maravilloso y de color rosa. Tenemos esa ilusión por las mañanas que nos hace arreglarnos como para ir a un cocktail aunque solo vayamos a trabajar, nos cuidamos mucho más, no comemos delante de ellos, el sexo es muy frecuente y muuuuy bueno porque todo es novedad, etc. Nos pasamos los meses hablando en plural y sin otro tema de conversación que ese puro estado de felicidad e iusión, hasta que de repente, un buen día, se pincha esa burbuja.

De repente caemos en la cuenta de que nuestra propia persona se ha convertido en un constante "nosotros". Sin darnos cuenta vivimos una vida de dos personas en la que no tomamos decisiones sin consultarlas previamente con "esa persona". Sin embargo (y lo digo con envidia) los hombres no tienen ese problema. Saben perfectamente como separar el "yo" de "nosotros". Ellos sí mantienen su independencia. ¿Cómo lo hacen? 

Biología, tanto a nivel mental como físico. 

1. Nivel mental: Los hombres carecen de empatía. Les cuesta barbaridades ponerse en el lugar de la otra persona, y más tratandose de una mujer. Con lo cual, ellos nunca van a entender nuestro enfado porque hagan planes sin nosotras, porque ellos no son capaces de ponerse en esa situación, hasta que nosotras se lo hacemos a ellos. Si no, no aprenden. Como le expliqué hace poco a mi amiga Hannah (que tambien tuvo un problemón de empatía con un auténtico idiota al que ni merece la pena mencionar): "Según un artículo que leí una vez, las mujeres crean un lazo afectivo con el hombre con el que se acuestan después del tercer polvo. Los hombres a partir del décimo". Justamente ese retraso emocional, es lo que les permite ser más independientes, afortunados ellos...

2. Nivel físico: Los hombres están genéticamente dotados para armar muebles sin problemas. Tanto por fuerza, como por intuicón capaz de adivinar dónde va qué clavo o tornillo sin apenas mirarlo. Me acabo de mudar a una casa espectacular con mis dos amigos hombres y mi amiga Charlotte. Dado que ellos trabajan y yo ahora mismo soy por lo visto "ama de casa-esclava" me encargo de poner la casa en orden. Ayer me dió el ataque de "no-sé-en-que-momento-perdí-mi-independencia-y-quiero-recuperarla-cuanto-antes" y decidí armar sola el armario del pasillo. En cuanto colgué dos abrigos y me di la vuelta, se desmoronó y me golpeó la cabeza. Así, sin previo aviso. Sin un mínimo crujido, quejido o "¡Allá voy, cuidado!". 

Tal vez sea la conmoción cerebral del golpe, pero ese accidente me dió mucho que pensar. ¿Por qué se derrumbo justamente el ARMARIO? ¿Por qué no cualquier otro mueble como una persiana o estantería? ¿Por qué justamente el mueble predilecto de toda mujer? ¿Por qué justamente nuestro templo de culto?

Cada vez que nos atrevamos a ser independientes, ¿se va a rebelar nuestro entorno contra nosotras?
¿Ya no podemos hacer nada sin ayuda, sin que como consecuencia se nos derrumbe en la cabeza o sin que se derrumbre nuestra autoestima por tener que depender de alguien?

De momento no me queda más remedio que dejar que los hombres que me rodean se encarguen del bricolaje. Sin embargo voy a empezar a darle la patada al pensar por dos y volver a pensar por una sola persona, es decir, por mí. Porque no creo que sobreviva otro ataque. Ni de mi entorno, ni de mi misma.

¡Miau!, digo ¡Guau!

domingo, 20 de marzo de 2011

Cosa de niños.

A partir de cierta edad (concretando, adolescencia), nos creemos adultos y que lo sabemos todos. Incluso en la edad adulta, creemos que lo somos. Y sin embargo, jamás abandonaremos parte de nuestra infancia: nuestro comportamiento subconsciente, es decir no premeditado.


Los niños son seres fascinantes. Sobre todo a partir de los 5-6 años tienen preguntas (y a veces respuestas) desconcertantes, pero a la vez totalmente lógicas. Ven las cosas como son, sin darle vueltas morales o sociales. Dicen lo que piensan, sin mentiras (ni piadosas) y nos dejan boquiabiertos.


Por otra parte, ya a esa temprana edad, la psicología nos la empieza a jugar. El "culo veo, culo quiero" (¿Quién no ha pasado de un juguete hasta que otro niño lo coge y entonces sí de repente despierta interés?), llantos y gritos al no conseguir lo que queremos y echar la culpa a nuestros hermanos pequeños para sentirnos libres de culpa, etc.


¿A dónde voy con esto? Podemos tener la edad que sea, la formación que sea, trabajo, y fingir toda la madurez que queramos, pero cuando se trata del comportamiento no premeditado, somos unos críos. Es una faceta de la que JAMÁS nos libraremos. Veamos algunos ejemplos.


1) Al fin he tenido el valor de hablar con Indiana. Por si no lo había dicho ya, tiene 10 años más que yo, lo cual debería ser motivo de cierta madurez (la madurez total no existe, a ninguna edad, véase Woody Allen). Le expliqué que me había sentido acorralada la ultima vez que nos vimos, y que necesitaba mi espacio. Que 6 meses era demasiado tiempo para lo que teníamos, etc. La respuesta: "Todo esto es muy simbólico". No es simbólico, se llama Karma. Hasta ahora había hecho alarde de todas las mujeres a las que tarde o temprano (mayoritariamente temprano) había pateado en un rincón. Ahora que una "niña" mucho menor que él le hace lo mismo, ¿se ofende? La conversación se fue transformando en discusión en la que él me recitaba todos los argumentos por los que era mejor "acabar con esa parte de la relación" (¿Relación? ¿Desde cuándo?). Con lo cuál, él fue desviando el balón hacia mi portería, y yo (que he jugado al fútbol con muchos niños) le dejé marcar y ganar el partido. Evidentemente necesitaba curar su orgullo herido, y yo por una vez cedí. Si así se siente mejor, felices todos.


2) Una de las grandes virtudes de Mr. X es que jamás me ha llamado sobrio. Esto puede sonar muy extraño, pero es muy simple. És, según él, muy tímido. Con lo cual solo me llama cuando ha bebido y se atreve a hacerlo. Sólo nos acostamos si antes hemos salido de fiesta con amigos, juntos o separados. Jamás hemos salido solos o visto una película, NADA. Soy consciente de que desde fuera parece muy frío, pero se trata de Sexo, nada más. Nos encanta el juego de miradas, indirectas y metidas de mano ocultas delante de la gente. Pero hay un juego que a él por lo visto le encanta pero por el cual yo no pienso pasar. Celos. Soy una persona muy celosa, es mi naturaleza. Pero con el tiempo he aprendido a controlarla, y solo me ocurre con la persona a la que amo (Hace ya como un mes que dejé de hablar con mi ex, con lo cual ignoro si sigue siendo feliz con su maravillosa chica Indie años mayor que él). Cuando se trata de sexo sin sentimientos, no hay razón para dar celos (a no ser que la cosa haya acabado mal por una de las partes, y ahí ya pasamos al comportamiento infantil de "culo veo, culo quiero").
Anoche salimos con amigos en común, entre ellos un gran amigo mío (que es como un hermano para mí y ademas tiene novia, es decir, no tendría ningún sentido darle celos a alguien con él). Mi amigo y yo pasamos la noche hablando, bromeando y juntos todo el rato. Estábamos en público, con lo cual Mr. X y yo teníamos pocas posibilidades de nada. A mitad de la noche, me susurra mi amigo: "No quiero ser el culpable de paranoias por tu parte, pero llevo observando a Mr. X un rato. Cada vez que hablas conmigo, él habla con la amiga rubia de fulanita pero sin quitarte ojo para ver si tú le estas viendo". Yo ya me había percatado (no era muy discreto, sino sumamente infantil y descarado), con lo cual procedí a darlo todo en la pista de baile con mi amigo e ignorar todo lo demás. Cuando me dirigía al baño, sentí que alguien me tiraba del brazo. En vista de los frustrados intentos de llamar mi atención, Mr. X me había seguido al baño. 


- Mr.X: "¿Te pasa algo?"
-Yo: "No."
-Mr.X: "Ay, cómo te habías ido así de repente..."
-Yo: "Llega un punto en el que la vejiga humana no es capaz de contener más líquido, y si no me sueltas la mía va a transformarse en vejiga animal, y creo que no quedaría bien orinarme encima, gracias".


Al rato mi amigo Emilio me preguntó si nos ibamos de After. Yo le contesté que mi after estaba a 5 min del club en el que estabamos y señalé en dirección a mi casa. A lo que Mr.X, que había oído todo, me susurró: "Me uno a tu plan de after..." Tenía dos opciones: seguir a mi orgullo y mandarlo a su casa, o seguir a mi instinto. Finalmente seguí mi instinto y me lo llevé a casa. Después de todo, es y será solo sexo.


Resumiendo. Hace tiempo me había puesto un límite de edad en cuanto a hombres. El mínimo ya es bastante mayor que yo. Tanto Indiana como Mr.X me han demostrado que la diferencia de edad solo se nota entre sábanas, que al fin y al cabo es lo que me importa.


Para bien o para mal, jamás dejaremos de ser niños. Y el que lo niegue, lo está afirmando (y más si sacude la cabeza hasta el punto de centrifugarse el cerebro, como cuando nos negábamos a comernos las espinacas de nuestras madres).


¡Miau! Digo, ¡Guau!

lunes, 28 de febrero de 2011

Las segundas partes nunca fueron buenas por algo.

Ni las terceras, ni las cuartas ni las quintas. En especial las de Indiana Jones (se respetan las opiniones ajenas, pero a mi todas me parecen iguales).


Hay veces en la vida, en las que la aparición de dudas respecto a algo, es una señal. No siempre claro. Si vamos de compras y estamos entre un pantalón rojo y otro azul, el hecho de que solo el rojo esté disponible en nuestra talla, no significa que nos pasemos el resto de nuestros días vistiendo de rojo.


Pero a nivel emocional, las dudas respecto a alguien suelen significar que tal vez no sea LA persona a cuyo lado permanecer. Soy una persona que cree completa y ciegamente en lo que llaman "Deja vu" y en todo tipo de intuiciones. Si en algún momento aparece esa señal de alarma (puede tener diversas formas de manifestación, en mi caso en una mezcla entre ligeras náuseas y ese pensamiento que se planta en la mente de manera testaruda como diciendo "Que no, que de aquí no me muevo hasta que no me hagas caso"), es una advertencia de que las cosas no son como las vemos. La mayoría de las veces somos tan humanos que la ignoramos y seguimos adelante, pensando que no es para tanto, o que la intuición se puede equivocar. ¡Mec! Error del sistema. ¿Solución? Reinicio o en caso extremo: Formateo. (Las horas extra acabarán matándome o mandándome a un hospital psiquiátrico).


Si recapitulamos, hará unos 3 meses, hubo un gran momento de duda cuando Indiana dejó caer el comentario de "a mi estas cosas no me duran más de dos meses". Yo me lo tomé como un ultimátum, pero debería habérmelo tomado como lo que era: Señal de que la cosa no iba bien.


Resulta que tengo una mente más masculina (la gente prefiere clasificarlo como "Superficial y egoísta", pero ¡Ojo! No pretendo insultar al sexo masculino, sino resaltar que en vez de maullar según mi código genético, me ha dado por ladrar hasta la afonía), de lo que yo pensaba. La siguiente situación a relatar, es la prueba y respuesta más evidente a esa pregunta que ha estado rondando en mi cabeza durante meses.


Hay varias razones que podrían explicar el comportamiento contradictorio de Mr. Jones.


1) Ya no trabajamos juntos, no nos vemos casi todos los días por obligación.
2) Creo que ya mencioné el tema de la monogamia.
3) Hace más de un mes que no tiene uno de sus viajes aventurescos.
4) Soy yo la que ha tomado distancia (véase como motivo el pluriempleo y el encuentro de otro "amigo", pero ese es otro tema), con lo cual he girado la tortilla.
5) La más aterradora: Sentimientos.


Pasemos al contexto de la situación mencionada. 


Viernes: La última noche de fiesta de mi amiga Amelie en la ciudad. Ibamos a un concierto a un club, llamémosle así: Club.  Un par de horas antes había hablado con mi nuevo amigo, llamémosle Mr. X (para nombres no estoy muy inspirada últimamente) quien casualmente iba a ir con sus amigos también. Cuando estoy a punto de entrar con Amelie y otros amigos recibo un mensaje de Indiana. 


"¿Al final vas al Club?, Yo también iré".


¡Shock! Ambos en el mismo club, mi karma se está pasando. A lo que mi amiga me pregunta:


-"¿A quién elegirías en caso de tener que hacerlo?"
-"A Indiana, claro". 


Las palabras salieron disparadas de mi boca, pero no por ello estaba convencida de lo que estaba diciendo. Me di cuenta de que era la costumbre. El resultado fue, que no apareció ninguno de los dos. Ambos intentaron comunicármelo, pero este genial club, no tenia cobertura. Cuando salí del club, recibí un mensaje de llamadas perdidas. A pesar de la considerable borrachera que llevaba encima, pensé que este sería un mensaje del karma. que el emisor del mensaje lo decidiría mi amigo Karma, y no yo.


Contra todo pronóstico, el que me había llamado era Mr. X. En ese momento no le di más importancia y me fui a casa a dormir la borrachera. 


Sábado. Por la tarde vino Indiana a mi casa, hubo sexo muy salvaje en la ventana de mi habitación y se fue. Alivio. Por la noche me voy a trabajar, y ¡sorpresa! Ahí estaba, dispuesto a pasar el rato después de que acabara y me fuera de fiesta con Jorge. Obviamente, no lo iba a echar, pero no me sentí cómoda, sino presionada. Obviamente se quedó hasta el final y se vino a mi casa. Más sexo (ya no tan salvaje ni excitante) y ahora viene lo más aterrador. 


Me despierto del portazo de mi cuarto, a las 12 del mediodía. Volvía del baño anunciándome algo como:


-"Tú si quieres sigue durmiendo, yo voy a ver un capítulo de MF".
-"Aha" (ilusa yo pensé que vería un par, y se iría a su entrenamiento de fútbol de las 3, ¡JA!)


Se quedó hasta las 5 de la tarde. Sin preguntarme siquiera si me parecía bien. Y aquí viene el pensamiento que daba vueltas por mi cabeza hasta el punto de sentir náuseas:


¡VETE A TU P... CASA Y DEJAME EN PAZ!


Después de tantos meses deshojando margaritas, yo tampoco lo vi venir, pero resultaba obvio. Todas esas señales ahora tenían sentido, incluida la corta conversación que tuvimos la noche anterior en el baño del club en el que estábamos.


Indiana: -"¿Crees que estamos haciendo lo correcto?"
Yo: -"Obviamente no, debería entrar al baño de mujeres pero hay mucha cola. De hecho preferiría que me esperaras fuera, no me gusta que me vean mear."
I: -"No, me refiero a follar juntos".
Y: -"¿Por qué no? Es solo sexo."
I: "No quiero joder esto, la verdad es que me importas".


¿Cómo no lo vi venir? Yo prefiero pensar que con "me importas", se refiere a que me ve como a una hermana pequeña (por razones obvias no, pero no quiero pensar en la otra opción). Porque aquí volvemos al punto de "Amigos con beneficios". En su momento me quedó claro que cuando acabaran los beneficios, acabaría la amistad.


De hecho pasé la noche del viernes con Mr. X, y cuando la tarde siguiente Indiana me llamó 6 veces seguidas, tiré el teléfono en un rincón, como si me fuera a explotar en la cara. Sí, supongo que se terminó, solo que yo no sé como afrontarlo. No se puede dejar ni romper algo que nunca ha habido, así que si no es dejándolo morir, ¿cómo se acaba con algo así?


Y esto amigos, sí es karma. La última chica con la que estuvo antes de aparecer yo, quedó hecha polvo porque el dejó de llamarla, y yo al saber esto le dejé claro que como a mi me hiciera esto lo dejaría estéril. Y ahora soy yo la que no tiene pelotas para afrontarlo. Y cómo el karma gira y gira como las ruedas de una bici sin frenos, hará que algún día mi bici se estrelle contra alguien que me hará lo mismo a mí. 


Hasta entonces seguiré intentando reunir el valor para explicarle esto a Indiana (o no), y disfrutando de las excentricidades de mi/s nuevo/s amigo/s. La adrenalina puede venirme bien para sentirme viva, o para ir pensando en agenciarme unas buenas rodilleras y casco. 


Y por más empinada que sea la cuesta por la que me tire, no dejaré de ladrar alto y claro. 


¡Guau!

lunes, 14 de febrero de 2011

Sobre corazones y olor a pollo.

Dada la festividad de hoy, vamos a hacer las cosas como toca. Antes de empezar a escribir y despotricar sobre el día de hoy, he investigado un poco (solo un poco, tampoco voy a malgastar esfuerzos. De hecho mi fuente de información tiene un nombre tan típico y redundante que ni lo voy a nombrar).


¿Cuál es el origen del "Día de San Valentín" o "Día de los enamorados"?



"Existen diversas teorías que otorgan a esta fecha el origen del Día de los Enamorados. En los países nórdicos es durante estas fechas cuando se emparejan y  aparean los pájaros, de ahí que este periodo se vea como un símbolo de amor y de creación.

Algunos creen que es una fiesta cristianizada del paganismo, ya que en la antigua Roma se realizaba la adoración al dios del amor, cuyo nombre griego era Eros y a quien los romanos llamaban Cupido. En esta celebración se pedían los favores del dios a través de regalos u ofrendas para conseguir así encontrar al enamorado ideal.

También, y hace muchos siglos, fue tradicional en Inglaterra la "
fiesta de los valentinus", donde se elegían a hombres y a mujeres para que formaran pareja. Muchas de estas parejas se convertían en marido y mujer y conseguían la felicidad de pareja que se espera encontrar y consolidar el Día de San Valentín.


Otras fuentes centran el origen de la historia de San Valentín en la Roma del siglo III, época en la que el cristianismo era perseguido. En este periodo también se prohibía el matrimonio entre los soldados ya que se creía que los hombres solteros rendían más en el campo de batalla que los hombres casados porque no estaban emocionalmente ligados a sus familias.
Es en estas circunstancias cuando surge la figura de San Valentín, un sacerdote cristiano que ante tal injusticia decide casar a las parejas bajo el ritual cristiano a escondidas de los ojos romanos."

Seamos realistas. ¡Vivan los pájaros! Ellos no disfrazan las cosas, simplemente se aparean por razones biológicas. (Cómo alguien me conteste que ha visto a una pareja de pájaros casarse, bautizar a sus hijos y años después divorciarse; cierro este blog, pido la reconstrucción de mi himen y me meto a monja).

¿En qué consiste hoy en día el "Día de San Valentín? Él se deja un dineral en llevarla a ella a cenar (no sin un regalo de tipo joya, por supuesto); y ella se pone ese conjunto de ropa interior que nunca se pondría porque sí (rojo o negro), no vaya a ser que él sea haga la idea equivocada de que ella es una fresca (sin comentarios).

Pero lo que más me encanta es el segundo título de este día: "el día de los enamorados". Vamos a ver. Aunque no lo parezca, sí. He estado enamorada, y mucho (aun sufro las consecuencias de ello). Pongamos que algún americano (lo siento, siempre son ellos los que se inventan estos días festivos para vender cosas), tiene la genial idea de inventar "El día del inhalador". ¿Qué harían los asmáticos? ¿Dejar de respirar los demás 364 días del año? (Además de las muertes por asfixia, sumemos los casos de suicidios del personal de la industria farmacéutica).

Si alguien está enamorado, lo debería vivir y demostrar todos los días del año mediante gestos y hechos, no cenas y regalos que te cuestan un riñón y la mitad del otro. Cierto, puede ser un día maravilloso, pero ¿y si sale mal? Uno de los dos tiene un examen al día siguiente, ella descubre que él se ha acostado con otra, o a ella se le quema un mechón de pelo con una de las velas mientras  observa el tintineo de la llama (en este caso mejor dicho llamarada)en las pupilas (desorbitadas por el pánico del momento) de él. ¿A dónde voy con esto? (No, no voy a solicitar puesto en "El club de la comedia"). Cuánto más esperamos de algo y más perfecto lo imaginamos, mayor es la probabilidad de que salga mal.

Concluyendo, voy a centrarme en el único nombre (y tristemente, el que menos se usa) para definir este día:

"El día del amor y la amistad". Por que eso sí se merece un día, pero no para oportunismos y postales cutres de corazoncitos rosas, sino para dedicar una actualización como esta a las personas que me quieren a pesar de ser una nihilista, exagerada, egocéntrica y melodramática.

¡Feliz día mis gatitos!

P.D. hoy inaugura blog mi alter-ego masculino. No sólo ha elegido un día genial, sino que además me ha copiado el simbolismo del título. Le doy la bienvenida al mundo anónimo de la opinión libre, y aunque aun no he leído su primera entrada (prometí que no lo haría, ya que hoy hablamos del mismo tema y queremos comparar visión masculina/femenina al respecto), lo recomiendo:

http://elperroquemaulla.blogspot.com/








domingo, 13 de febrero de 2011

El insomnio y sus utilidades.

Paradojas de la vida o bromas del Karma. Llevo casi un mes pluriempleada. Al principio la falta de horas de sueño me provocaba algo totalmente lógico: Narcolepsia. Ahora llevo una semana con tremendos problemas para dormir. Un insomnio que está acabando con mi cordura mental (si es que quedaba alguna), y que hoy me ha aclarado una gran duda.


Me explico. Sigo creyendo firmemente en él "quiero cuando no puedo" en mi no-relación con Indiana. No puede ser más típico. Cuánto peor le trato, menos atención le presto y menos pasos doy, más me busca él. Ejemplos varios:


1) Síndrome del culo inquieto. 


Gran característica que le define y que es lo que mantiene lo que tenemos en pie. Por lo menos una vez al mes hace sus viajecitos y me da el espacio que necesito. Tras una semana de Snowboarding en la República checa, pasó otra semana más hasta que volvimos a saber el uno del otro. Podemos estar dos semanas separados (hasta estando en la misma ciudad), y cuando nos vemos, todo perfecto. Porque siendo realistas, claro que todas nos desesperamos en plan "Ha vuelto a la ciudad hace 2 días y aun no me ha llamado", pero yo ya he pasado al plan de "Un momento, el que se ha pirado es él, que llame cuando se de cuenta de que no voy a hacerlo yo". Arrastrarse, solo se arrastran los reptiles.


2) Hematomas placenteros.


Creo que ya mencioné aquel polvo INCREÍBLE justo antes de que se fuera a la República checa. Lo que no sé si mencioné son los diversos hematomas (de carácter leve, pero lo justo para que parezca que nos caímos por las escaleras mientras lo hacíamos) que cubrían la parte interior de mi brazo izquierdo, abdomen y nalga derecha. Dos semanas después me baja los pantalones y a la vista del aspecto de mis piernas dice:


-"¿Joder, esos también son míos?"
-"Mmmmm...no."


3) Monogamia y otros lazos. 


Desde el principio habíamos acordado que de monogamia, nada. Como adultos que somos no comentamos ciertos aspectos que son obvios: No contárselo al otro, que en lo posible no fuera un amigo/a en común y menos del trabajo (ahora ya no trabajamos juntos) y por supuesto no hacerlo delante de las narices del otro. Fair enough. 
El fin de semana pasado y tras la ingesta de unas cuantas copas de vino, tuve una larga conversación con "La Z" (recapitulando: la mejor amiga de Indiana y a su vez "especie de novia/juguete" de Jorge).
Resulta que ya hace meses Indiana mandó a paseo a su otra "amiga con beneficios", porque ella quería algo más de lo que él le estaba dando. Y ahora soy la única mujer en su vida, lo cual me da algo de miedo. Espero que sea por falta de mujeres y ocasiones...


4) Comportamiento en público. 


Nuestros amigos jamás han visto ni un beso, ni caricia ni gesto que indique algo más que pura amistad. Nunca hablamos de ello, pero parece ser que estamos de acuerdo. Somos muy dueños de nuestra intimidad, y preferimos mil veces aprovechar los momentos en lo que nuestros amigos están pidiendo una copa, o esos encuentros casuales en el pasillo de los baños, etc.
Sin embargo, no hace falta el contacto físico para determinar la química entre dos personas. 
Vino con un amigo suyo a verme a mi segundo trabajo, que es de noche. Yo estaba de un humor poco excelente por la evidente falta de sueño. Hubo una parte de la conversación en la que empezamos a atacarnos mutuamente (siempre en broma), y una de mis compañeras preguntó:


-"¿Estáis juntos?"
-"¡¡No!!" (5 segundos después) "Perdón, ¿a qué te refieres exactamente?"
-"Sexo".
-"Aaaaaaaah, bueno sí, algo así."


La expresión de Taylor no la olvidaré en mucho tiempo. Y sin embargo al despedirse, me dio un largo abrazo por el que no hacía falta decir nada más.


Podría poner unos cuantos ejemplos más de cómo estoy llevando ciertas situaciones, pero creo que ya son suficientes para poner en claro de qué va el tema. Cuánto más alargo la correa, más corre él para que la distancia no varíe. Lo cual en ciertas circunstancias es gratificante y un gran aumento de ego, pero en otras puede dar mucho miedo.


Anoche salimos con nuestros amigos. Él tenía a un gran amigo de visita, el cual se fue al rato porque tenía que ir al aeropuerto para volverse a su casa. En vez de despedirse e irse con su amigo, se quedó sin más, y al rato me susurró:


-"Cuando tú quieras nos vamos a tu casa..."


Yo le contesté con una sonrisa socarrona, pero sin palabras. 
Una de mis amigas, llamémosla Amélie, ya no vive en la misma ciudad, así que cuando nos vemos nos ponemos al día en modalidad intensiva. Cuándo le conté todo esto, me preguntó:


-"¿Pero a ti quién te gusta? ¿Indiana o el otro?"
-"Ambos".
-"¿Si tuvieras que elegir...?"
-"Indiana".
-"¿Entonces qué haces que no dejas al otro?"
-"No aferrarme a nada ni a nadie, eso es lo que hago".


Conclusión de todo esto: el insomnio me ha aclarado una gran duda. ¿Será contraproducente aferrarme a Indiana? ¿Debería elegir? ¿Realmente hay algo más de lo que estoy mostrando?


Respuesta: Ésta mañana tuve que salir de mi habitación y dejarlo durmiendo solo. Con el dolor de cabeza que me estaba atacando el sistema nervioso central y quitándome las ganas de vivir, cada ronquido de Indiana (debió cenar una motosierra encendida) me hacia desear una muerte rápida e indolora. Con lo cual le mande el siguiente mensaje a mi amiga Amélie:


"Quiero que se vaya de mi casa, aqui no hay amor pero sí muchísimo insomnio".




¡Miau! Digo, ¡Guau!

lunes, 31 de enero de 2011

Mejor sola, independientemente de la compañía.

Creo que ésta es la primera vez que dedico mis palabras a alguien. Es más, ni voy a nombrar su pseudónimo, porque esa persona ya se dará por aludida.

Desde mi punto de vista, la "soledad" sigue siendo un tabú social. ¿Por qué se considera algo negativo? Es la mejor ocasión que tenemos para conocernos y encontrarnos a nosotros mismos, definir nuestros gustos y preferencias. Establecer los límites de a dónde estamos dispuestos a llegar y los puntos donde estamos dispuestos a dejar de apostar.

Tras una relación larga, estas son las etapas más típicas:

Fase 1: Por fin soy libre.


Es el primer paso tras la ruptura. En el caso de ser el que ha roto, es una sensación de alivio. Sabíamos que la relación no iba a ninguna parte y nos relaja saber que ya no estamos engañando a nadie. Nos sentimos libres de culpa. En el caso de ser a quien han dejado, tras una etapa de depresión y tristeza nos damos cuenta de que en verdad, nos han hecho un favor (en este caso la etapa puede ser eterna, pero finalmente llega).

Fase 2: Quiero sexo.


Aquí es donde empezamos a sentir la falta de algo. SEXO. Es más, se suma esa sensación perdida desde hacía tiempo de tener que salir a buscarlo, lo cual aumenta el morbo. El resultado puede ser diverso pero generalmente se divide en:

a) Frustrante. Nos damos cuenta de cuánto echamos de menos hacer el amor, en vez de echar un revolcón impregnado en alcohol y vanidad.

b) Asombroso. Nos damos cuenta de que aun dominamos el poder de la seducción, y de que aun somos deseadas/os, y podemos con cualquier obstáculo (sea una novia, padres en casa, o la palanca del freno de mano).

c) PELIGRO! Encontramos a un amigo con el que satisfacer nuestras necesidades, nos sentimos cómodas y nos acostumbramos.

Éste último caso es el más típico. ¿Por qué es peligroso? Porque luchamos entre esa dualidad de "No quiero saber nada de relaciones pero como me gusta este hombre". ¿Causa?

S.D.A. SÍNDROME DE ABSTINENCIA.


Aunque no lo queramos admitir, tras una ruptura pasamos por esa etapa de "no necesito a nadie", pero de repente llega ese alguien que nos hace sentir cómodas. Acostumbradas a tener sexo regular, un hombro donde llorar, alguien a quien llamar cuando hay una araña (esto es TAN yo que solo puedo reírme) o cuando se rompe algo en casa, es hormonal y biológicamente imposible que no tengamos el impulso de "enamorarnos/encariñarnos/enchocharnos" de esa persona. Pueden pasar dos cosas. Esa persona REALMENTE nos gusta o simplemente estamos intentando llenar un hueco involuntariamente.

¿Cómo distinguirlo? Tiempo y conocer a más gente. No hay que volver a caer en la monogamia, a no ser que sea voluntario. Si realmente solo queremos estar con esa persona, es por algo y podemos darnos por jodidas.

Estar sola es un gran paso. La felicidad y satisfacción propia son cosas intangibles, relativas y muy volátiles. Hay personas que son felices, cuando hacen felices a alguien, sea a otra persona o a sí mismas.
Y hay otras que lo son yendo solas al cine, de compras o disfrutando del sexo a solas.

Para amar a alguien de verdad, primero hay que amarse a uno mismo, y para eso hay que aprender a aceptarse y a estar sola con una misma.

Con esto concluyo. Mi querida amiga: dicen un dicho popular mejor sola, que mal acompañada. Y sin embargo sostengo: mejor sola, en cualquier compañía.

¡Miau! Digo, ¡Guau!

domingo, 16 de enero de 2011

Adrenalina y otras drogas.

Cualquier escenario es válido. La puerta de un Supermercado, un bar, la misma calle, hasta la consulta de un dentista. Chico y chica se conocen de un modo muy casual. Al poco tiempo, (días, semanas o hasta horas) son la pareja más feliz del mundo. Pero cuando todo parece perfecto, algo pasa. Ella descubre que está enamorada de otro, él le confiesa que está casado/divorciado, la madre de él intenta separarlos (o la ex de él), o un terremoto divide el mundo en dos y cada uno está de un lado. Pero SIEMPRE pasa algo (ella es tonta y hace como no que la ex mujer no existe, la madre de él es atropellado por un bus, camión y luego por una tropa de elefantes africanos que casualmente pasaban por ahí, etc),para que toda vuelva a ser perfecto entre ellos y sean felices para siempre. FIN DE LA PELÍCULA. Un momento, y después ¿qué?

Así es Hollywood. Así se supone que deben ser las relaciones. Llamadme loca, pero a mi me recuerda a la generación de nuestros abuelos y padres. Nos han educado para que pase lo que pase en una relación, lo superemos y así mantengamos una estabilidad emocional. Pero, ¿qué es la estabilidad, o mejor dicho el punto intermedio?

Siempre he sido de extremos. O estoy muy feliz, o muy triste o enfadada o lo que sea. Pero siempre es bastante, o al menos muy contrastado. Las cosas suelen aburrirme enseguida, me gustan las emociones fuertes y los cambios (el sexo no hace falta ni nombrarlo, creo que ya he dejado más que claro que no me va la monogamia). He tenido dos relaciones a largo plazo, y aunque ambas hayan terminado por diferentes razones, hay una pauta en común. Hasta ahora he sido yo la que buscaba los extremos, y ahora después de 3 meses de juegos con Indiana, me he dado cuenta de que aun no lo conozco ni por asomo.

Sigo controlando mis emociones e instintos, no quiero sentir más por él de lo que ya siento. Pero ha conseguido algo que otros no, me siento viva. Ejemplos.

El fin de semana de la semana pasada fuimos al cumpleaños de un amigo. Casualmente, también asistía nuestro jefe (el jefazo no, el pelele). Dado que la semana pasada aun seguíamos trabajando juntos (ahora ya no, pero esa es otra historia), no hizo falta ni hablarlo. En público, y esta vez más que nunca, amigos sin más. Eso sí, no perdió oportunidad de hablar con cada rubia que se le pasaba por delante. Yo obviamente, iba totalmente a lo mío. Me emborraché con mi mejor amigo y me lo pasé mejor que nunca. En el siguiente bar, salí fuera con mi amigo a fumar. Ni 2 minutos y me suena el teléfono.

Indiana: "¿Dónde estás?
Yo: Fuera, fumando.
Indiana: Pero, ¿vas a volver a entrar no?
Yo: ??? "

¿Se puede ser más extremo en solo un par de horas? Creo que sí. Aquí va la siguiente.

El viernes pasado. Organicé una fiesta en mi casa. Ya antes de venir me había preguntado si podía dormir en mi casa (jamás lo había hecho y menos con horas de antelación). En la fiesta todo normal, como amigos. Al final de la noche cuando fuimos a un club, ya cambiaron las cosas. Se acercaba mucho para susurrarme cosas muy indecentes, etc... Fue él el que hizo presión para volver a mi casa, en el taxi tuve que hacerle callar porque se subía mucho de tono, y ya antes de llegar a mi puerta me estaba arrancando la ropa.

Y ahora viene lo jodido. A lo tonto, llevamos 3 meses follando de vez en cuando. Y hasta ahora había sido sexo. Relativamente rápido (no de tiempo, sino, sexo sin más) puede que sucio pero eso, sexo. Ésta vez se hizo de día mientras nos comíamos vivos. Sin exagerar, casi 3 horas de puro SEXO (esta vez con merecidas mayúsculas). Medio minuto después de terminar, cayó rendido. Cuando volví del baño, se había quedado frito con todo al aire. Lo tapé, me senté en la ventana y me encendí un cigarrillo. De repente me di cuenta de que me caían lágrimas y me llenaba una enorme sensación de vacío. Así, de repente. Él seguía durmiendo. Me sequé las lágrimas, cerré la ventana (me lavé los dientes, por supuesto) y me metí en la cama. Apenas me tapo, él se da da la vuelta y (creo que sin abrir los ojos) me volvió a quitar la ropa y no hace falta que dé más detalles. Y ésta vez fue algo muy diferente. Fueron otras 2 horas, pero ésta vez fue más allá de lo físico. Hubo algo que hasta ahora faltaba: contacto completo, es decir, visual. Porque no sé vosotros/as, pero yo no miro directamente a los ojos a cualquiera. Durante esas dos horas no podíamos dejar de mirarnos y sonreír.

Y sin embargo, cuando se despertó volvió a ser el de siempre. Saltó de la cama, se vistió, me dio un beso en la frente y me dijo "Nos vemos en una semana" (esta vez se va a la República checa a hacer Snowboard, por algo lo he bautizado como "Indiana").

Lo típico sería quejarme de que no haya un punto intermedio o estabilidad, o comerme la cabeza de por cómo es. Pero siendo realista, es lo que necesito. Tal vez algún día agote mi paciencia o acabe con mi salud mental, pero de momento prefiero saber que aún es como yo, sin compromiso con alguien concreto. Porque eso es lo que mantiene viva esa llama entre nosotros, el juego de ahora sí, ahora no.

Resumiendo, "serán felices para siempre", puede. Pero a ratos, porque debo admitir que soy adicta a una sustancia que se llama Adrenalina, necesito que me hagan reír, llorar, gritar (en todos los sentidos) y todo eso sin estabilidad ni punto intermedio. Me gusta sentirme viva.

MEAAAAAAAAAW!

p.d. Jorge me despertó ayer por la tarde: "Joder, como le dabais esta mañana, no?" Lo dicho, me gusta que me hagan gritar.